Café con Leche

 

Son una raza caliente y que los tiene enormes, así que no todas aguantan  semejante ultraje, al menos que necesiten siempre más.

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Y Así soy yo. Una hembra igual de caliente, pero blanca como un fantasma, por lo que cuando necesito de su miembro, él me ve y me dice con su voz super gruesa, ¿Quieres hacer café con leche? Y le respondo igual siempre, mucha leche y mucho café.

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Empiezo por introducir su mazo enorme en mi boquita, pequeña y tímida, que empieza a hacerse agua tan pronto lo saboreo, al igual que agua se me hace la cuca con solo saber que me cojera tan duro como un caballo en celo.

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A él le gusta penetrarme el ano, yo dejo que me lo meta hasta sentirlo en mi estomago, ropiéndomelo en dos, abriéndolo cada vez más y más.

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Duele tan rico, que debo descansar un par de da para recuperarme, pero el nunca espera tanto, por lo que me toca aguantar el placer enorme que me da sentirlo en mis entrañas.