Dos señoras
Ella pensaba que estaban solas y que nadie las vería, por lo que empezó a insinuarle cosas a la vecina, quien inocente y pura, nunca pensó en que caería en las redes de mi madrastra. Pero lo que no sabía ella es que yo estaba en el cuarto al lado de la sala y que ya se me estaba parando el miembro de escuchar esas risitas picaronas de viejas putonas.
Mi madrastra poco a poco la convencía de sentir cosas ricas y de que nada les iba a pasar, así que se atrevió a levantarle el vestido a la vecina y chuparle una teta.
Ya yo las estaba grabando con el celular sin que se dieran cuenta y cuando menos pensaron, les brinqué y les dije ¡ajá! ¡las pillé!
Avergonzada la vecina me dijo, mijo no vayas a hacer nada con eso... Yo les dije, tranquilas, no se preocupen, pero me tienen que unir al juego, sino se lo muestro a sus maridos.
Me las lleve al cuarto y cuando me lo saque estaba tan grande que no se lo creían. Les dije, me lo chupan, me hacen la paja y me dan esos culos mientras se besan... Y a regañadientes no les quedó mas camino que hacerme caso.
Así estuvimos un buen rato hasta que no pude más y les eché toda mi leche en sus caras de perras con disfraz de señoras correctas que no pudieron salvarse de mi semen.
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